Un padre desesperado llevó
a su bebé recién nacido a la clínica Cartagena del Mar y la puerta de la sala
de Urgencias estaba con candado. En una hoja tamaño carta, pegada al parecer
con goma de zapato en la pared, explican que no hay servicio porque están
remodelando.
¿Le habrá dado tiempo de
leer ese papel? Eso no importa, lo que importaba era que a su bebé lo viera un
médico, pero al ver que no había señal de atención decide irse en un taxi a
otra clínica, donde confirmaron la muerte de su pequeña criatura.
Medios locales y
nacionales informaron el caso, los periodistas de televisión intentaron hablar
con alguien en la clínica pero como cualquier otro usuario, se toparon con el
vigilante, ese que además de encargarse de velar por la seguridad en el centro
asistencial, tiene tareas de médico al decidir si es una urgencia o no, hasta
recetan, ah, y de director, dejan pasar al que se le dé la gana.
La clínica envió un
comunicado y dijo que no se hacía responsable por la muerte. Ellos ya le habían
dicho antes al Dadis que estaban sin urgencias. ¿Entonces el Dadis no le avisó
al pueblo? o ¿la clínica no podía pagar un avisito en El Universal u otro periódico
o radio informando que no se mandaran para allá? Ah verdad, pegaron el mensaje
en la pared.
Pero el Departamento
Administrativo Distrital de Salud se pronunció inmediatamente y dio la
respuesta que no falta en un General de la Policía: Vamos a investigar.
La investigación arrojó
que el bebé ya tenía más de una hora muerto, antes de llegar a la clínica. Es
decir, el papá al parecer cargó en un taxi con un cadáver. Esa fue la
respuesta. El padre, al escuchar eso, contestó irónicamente: “Entonces nosotros
somos los culpables”.
En menos de una semana se
conoció otro caso, esta vez en la Clínica Blas de Lezo, una muchacha levantó a
trompadas a la pediatra porque al parecer mientras su bebé convulsionaba, la
doctora se alimentaba en el consultorio.
Otra vez el Dadis se
pronunció. “Rechazamos tajantemente todo acto de violencia contra un trabajador
de la salud. Solicitamos a los representantes de los medios de comunicación un
mejor tratamiento informativo en sus
notas para que no se conviertan en un agente motivador de violencia”, dijo el
director del Dadis.
Conclusión: Somos los
culpables, así como ese padre que no leyó un letrero en la clínica y que se
equivocó al pasear a su hijo muerto en un taxi.
de todas maneras lo que debemos entender el por que, en algún momento se hizo una correcta intervención al momento de que se presentara la fiebre al bebe "así como dijo la señora esta mañana por la radio" es que la doctora esa dijo que eso era normal lo cual es totalmente cierto, ya que una convulsión por fiebre es muy norma, de todas maneras no es darle el lado a nadie la cuestión es no tener en cuenta una sola teoría para criticar a los prestadores de salud
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